Dicen que las cejas son el marco de nuestro rostro, y tenerlas bien cuidadas proporciona luminosidad a la mirada y resalta los rasgos. ¿Quieres saber cómo tener unas cejas perfectas?
Lo primero y más importante es evitar un error muy común: seguir patrones en cuanto a las dimensiones y formas de las cejas. Respecto a su arquitectura, es preferible no seguir pautas preestablecidas, sino dejar que un especialista estudie y diseñe tus cejas de manera totalmente individualizada para dar con la estructura idónea y enfatizar tus expresiones.
Es cierto que, a lo largo de la historia, las cejas también han seguido modas. En los años 60, por ejemplo, se llevaban las cejas muy finas, y en los 80, la moda se decantó por las cejas muy pobladas. Sin embargo, seguir estas tendencias puede llegar a ser un disparate. Lo oportuno es optar por el diseño que más le va a tu rostro.
Por eso, tras haberte puesto en manos de un profesional, cada vez que cojas unas pinzas, trata de limpiar, no de depilar. Escoge un sitio con buena luz y, a la hora de depilar, tensa la piel con los dedos para eliminar los pelos de raíz. Limítate a quitar únicamente aquellos que crezcan fuera de la estructura principal.
Eliminar un solo pelo que no debía ser depilado puede estropear la estructura completa de la ceja. Por este motivo, los profesionales no recomiendan depilar la zona con láser.
Conserva la distancia apropiada entre ceja y ceja. Si las separas demasiado, creará el efecto de una nariz ancha y ojos más pequeños. Si el espacio es demasiado pequeño, endurecerá la expresión de tu rostro y lo hará más serio. En esta zona, si lo prefieres, puedes hacer uso ocasional de la cera, pero nunca en la zona del párpado. La piel ahí es muy sensible y podría quemarse y envejecerse.